No necesitas ponerte en la posición del indio, ni cerrar los ojos, ni tratar de poner la mente en blanco. El mindfulness o atención plena busca la completa consciencia del ser y, si lo logras, obtendrás múltiples beneficios.
No necesitas ponerte en la posición del indio, ni cerrar los ojos, ni tratar de poner la mente en blanco. El mindfulness o atención plena busca la completa consciencia del ser y, si lo logras, obtendrás múltiples beneficios.
¿Cuántas veces has repetido una conversación o una pelea en tu mente? ¿Cuántas veces al día te detienes a pensar cómo estás y qué es lo que sientes? La mayoría de las personas respondería que muchas a la primera consulta y pocas a la segunda interrogante. Esta costumbre de repensar el pasado y no prestar atención al tiempo presente es uno de los causantes del estrés del ser humano.
Y ello generalmente porque los seres humanos tienen su mente en el tiempo pasado o en el futuro, pero rara vez disfrutan lo que están pasando en este momento. Para gozar y estar conscientes de nuestro presente, el mindfulness, uno de los tipos de la meditación, es de gran ayuda.
“Tenemos que estar conscientes de nuestro presente. Es necesario entender que no importa lo que me pase, sino que lo importante es que me doy cuenta. El mindfulness se trata de ir conociendo, desarrollando y reencontrando un estado de claridad mental en que la atención se enfoca fundamentalmente el momento presente. El presente es lo único que tenemos, lo único que realmente está pasando”, explica Marcela Richaud Romo, Diplomada en Psicoterapia y Meditación, ex docente del Diplomado en calidad de vida y bienestar psicosocial de la Universidad del Pacífico.
El mindfulness tiene sus orígenes en la meditación del oriente, la que por movimientos sociales como la “revolución de las flores” o simplemente los hippies, se trasladó a Europa (principalmente a Francia e Inglaterra) y luego llegó a Estados Unidos, donde se ahondó más en la técnica y se dio origen a bastantes tipos. El mindfulness se atribuye al estadounidense Jon Kabat-Zinn, quien escribió varios libros sobre el tema.
“El objetivo del método de la Atención Plena (o mindfulness) es que los seres humanos nos podamos mirar de una manera distinta, más profundamente, conocernos y entender que estamos conectados con todos y todo. Los seres normalmente estamos centrados en los datos y en los conceptos, olvidando o no prestando atención a toda la información que nos da el cuerpo y los sentidos. Es súper importante tomar conciencia de nuestro cuerpo, emociones y sentidos. Si yo no me doy cuenta que estoy estresado, angustiado o que algo me duele, eso va a estallar peor después”, indica Richaud.
Todos pueden hacer mindfulness, lo que ayuda a focalizarse en el presente, a estar consciente del aquí y ahora, sin olvidar los sentidos y los signos que entrega el cuerpo. “No se debe plantear que hay que aprender a hacer mindfullness como si fuera algo externo al ser humano. Al contrario, el estado de Atención Plena está en cada uno de nosotros. La idea es reencontrarse con algo que ya está en el interior, redescubriendo la capacidad que todos tenemos de contacto, de cuidado y de mirar a otros desde el corazón”, asegura la especialista en este tipo de técnicas.
Para practicar mindfulness no es necesario sentarse en una posición especial, cerrar los ojos o hacer otro tipo de acciones que comúnmente están asociadas a la meditación tradicional. Con esta técnica solo importa que cada uno se conecte consigo mismo y que la mente permanezca en el presente, eliminando pensamientos de tiempos pasados o futuros.
“Esta práctica se centra en que la persona está en contacto con el cuerpo y mentalmente con la respiración. La respiración es algo que todos hacemos, que ocurre sin que nos detengamos a darnos cuenta de ella. El entrenamiento de la Atención Plena puede comenzar con la práctica de la simplificación y estrechamiento de nuestro foco atencional, dirigiéndolo en exclusividad hacia algo como la respiración, las posturas corporales o una actividad concreta”, indica Richaud, experta en técnicas de autocuidado.
No importa si estás parado, sentado o recostado. Lo relevante del mindfulness es el enfoque y orden que das a los pensamientos. De hecho, existen hasta aplicaciones disponibles en Android e iOS que prometen ayudar a las personas a practicar la 'consciencia plena', entre las que se cuentan Headspace, Smiling Mind y Mindfulness Daily.
“El propósito de esto es que la persona pueda enfocar su mente en algo de manera disciplinada. Los seres humanos estamos entrenados en seguir nuestros pensamientos sin ningún orden ni sentido, ya que continuamente saltamos de una idea a otra. Con la observación deliberada de la respiración, por ejemplo, podemos adiestrar a la mente de modo que permanezca en el aquí y el ahora, atendiendo a cada inspiración y expiración en lugar de divagar, dando saltos de un pensamiento a otro”, afirma la psicóloga.
Así, en un modo de atención plena, el ser humano podría conocerse más profundamente, identificando ciertos 'pilotos automáticos' que tiene casi completamente asimilado. “Se trata de reconocer nuestros pensamientos habituales y automáticos. El cultivo del mindfulness permite la eliminación de las secuencias automáticas con las que tendemos a funcionar normalmente, que no nos permiten cambiar lo que queramos, como conductas y actitudes determinadas”, indica Marcela Richaud Romo.
Foto de Neemias Seara en Pexels