niños cuarentena
Tendencias

Niños y cuarentena: 5 claves sobre qué hacer con los niños y su proceso de aprendizaje escolar

El contexto de cuarentena, al menos en una amplia mayoría de las regiones, ha causado nuevamente desajuste en el proceso escolar, pero no es lo único, pues estar encerrados aumenta la ansiedad en niños y adultos.

“En este ambiente y con lo poco alentadora de las noticias sobre la evolución de la pandemia, se crea un entorno de incertidumbre que inevitablemente afecta a todos en mayor o menor medida”, advierte Claudia Figueroa, académica de la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la U. Andrés Bello.

Según la fonoaudióloga y experta en educación cognitiva, “templanza es lo único que parece ser efectivo en los adultos”. Sin embargo, la pregunta que aparece de inmediato es ¿qué hacer con los niños y su proceso de aprendizaje?

La académica de la UNAB detalla las siguientes sugerencias:

1.- Crear calendarios de rutinas de clases y espacios de recreación, lo más visibles posibles. Ojalá decorado por los propios niños y con señales comprensibles por ellos mismos. Esto no sólo permite la anticipación, sino que también regula la ansiedad que produce el caos de “no saber qué pasará”

2.- Muchos de los niños están “cansados” de las clases online, más aún cuando estas se dan en el contexto hogar con todo lo que ello implica. Permitir que los niños puedan disponerse a clases en los tiempos que le sean posibles, promoviendo progresivamente sostener su totalidad con ayudas como algún juguete (pequeño, no disruptivo) que facilite su proceso de atención o alguna colación que lo motive en su proceso. Esto si bien puede estar fuera de las reglas del aula común, lamentablemente (para los profesores) es un aliciente emocional de mejor calidad si de ansiedad y angustia se trata.

3.- Generar espacios de entretención por bloques que permitan hacer cosas diferentes (en especial distintas a los juegos de pantalla). Esto ha sido tremendamente mermado para aquellos que viven en condiciones más precarias de vivienda, pues al no poder “salir a jugar” hay que crear espacios “especiales” de actividades más asociadas al juego.

4.- No centrarse en el progreso de contenidos, sino en el avance del proceso de solución de problemas y reflexión con el conocimiento. Con esto quisiera ser clara, la lucha por sostener cumplimiento de aprendizajes del currículo tal como se hace en el aula, pero ahora en el sistema online, es nefasto para la salud de profesores y alumnos, puesto que no son las mismas condiciones bajo ningún punto de vista y por tanto, no se puede asegurar los mismos resultados. El real cambio, en el proceso de aprendizaje para que este sea efectivo y adecuado a lo que vivimos debiera estar centrado en habilidades de procesamiento como son la organización, análisis y solución de problemas de manera cada vez más independiente de los niños más que un gran acervo de contenidos pues estas habilidades serán más permanentes y transversales para cualquier proceso de aprendizaje que un menor se proponga.

5.- Promover la independencia en la ejecución y logro de las tareas escolares. Esto es un aprendizaje fundamental y que la pandemia ha dejado en evidencia su bajo manejo por parte de la población escolar. La autonomía, para ejecutar de manera independiente las tareas y solucionar los problemas que eso impone, es un ejercicio personal que va perfeccionándose a lo largo de la vida y seguramente asegura un éxito de mejor calidad en el desarrollo personal. Para su potenciación, es necesario “supervisar” los procesos que implica vestirse, conectarse, hacer tareas, tener lo materiales a mano, ordenar la pieza, desarrollar ejercicios, etc. Si bien eso requiere tomarse un tiempo por parte del cuidador (pues suele ser más rápido que lo haga un adulto con experiencia) el desarrollar espacios de tareas autónomas asegura un real aprendizaje de las propias capacidades y el efecto positivo en la autoestima que eso puede implicar.