Angela Merkel
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Power femenino: La Partida de Angela Merkel

Hace un par de semanas se realizaron elecciones en Alemania, las primeras tras 4 periodos en que la destacada canciller no volvió a postular al cargo. Durante sus 16 años en el poder, fue vista no sólo como la líder de Alemania, sino también de Europa, dirigiendo a la Unión Europea en medio de crisis financieras y políticas. En 14 oportunidades, la revista Forbes la ha elegido como la mujer más poderosa del mundo.

Por Valeska Foster.

Su nombre es ampliamente reconocido en todo el mundo, de hecho es una de las líderes políticas más destacadas de los últimos tiempos. Angela Merkel nació en Hamburgo, entonces Alemania Occidental, en el año 1954, con el nombre de Angela Kasner. Merkel es el apellido que tomó de su primer marido. Doctora en Química, dirige Alemania desde el año 2005, con 4 elecciones consecutivas, pero aún así su popularidad sería incluso mayor en Europa, que en su propio país.

Durante sus 16 años al poder, Merkel fue vista en el extranjero y el mundo no sólo como la líder de Alemania, sino en muchos sentidos como la líder de Europa, dirigiendo a la Unión Europea en medio de una serie de crisis financieras y políticas complejas.

Al frente de la primera economía de la eurozona, la imagen de la canciller en la UE (Unión Europa) es todavía mejor que en Alemania, esto según una encuesta del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR por sus siglas en inglés) entre 16.000 ciudadanos de 12 países. En la pregunta de a quién votarían si pudieran elegir directamente al presidente de la UE entre ella y Emmanuel Macron (el presidente francés), el 41% se decantaría por Merkel y el 14% por Macron. El informe sostiene que la popularidad de la alemana es abrumadora tanto en los países a favor de la austeridad, como en los del sur de Europa, que criticaron fuertemente las exigencias de la canciller durante la crisis. Esto demuestra “que ha logrado transmitir el mensaje de que está comprometida a abordar las preocupaciones de ambos lados, posicionando así a Alemania como una potencia unificadora”, indica el trabajo.

Su liderazgo es indiscutible. El año pasado la revista Forbes la nombró la mujer más poderosa del mundo, ello por decimocuarta ocasión según el listado anual de la publicación norteamericana. Su liderazgo también ha sido comparado con el de Margaret  Tatcher, la primera ministra británica.  Como Tatcher, Merkel ha presidido el G8 y también fue presidenta del Consejo Europeo, siendo la segunda mujer en la historia en desempeñar ambos cargos. Estas coincidencias han generado una tendencia de la prensa europea a comparar a ambas líderes de derecha, que además comparten una formación científica.

Su posición conservadora sorprendió el pasado 8 de septiembre, cuando se denominó como “feminista”, en declaraciones que reflejan un cambio en su visión sobre la igualdad entre hombres y mujeres. “En lo esencial, (el feminismo) consiste en decir que los hombres y las mujeres son iguales, en su participación en la vida en sociedad, a lo largo de la vida. En este sentido, puedo decir ahora que soy feminista”, dijo Merkel durante una conversación con la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie. “En mi opinión, el ‘feminismo’ está vinculado a un movimiento de lucha para introducir (la igualdad de género) en la agenda social”, explicó. Sus palabras suponen uno de los posicionamientos más claros a favor del feminismo, después de que en los últimos años se hubiera mostrado bastante más ambigua sobre el tema.

Su fuerte posición y apuesta política más osada fue en el año 2015, cuando decidió abrir las puertas a centenares de miles de solicitantes de asilo sirios e iraquíes. Su postura ante la migración ha sido foco de polémica en Alemania , pues le ha traído grandes críticas. Sin embargo, en  su manejo de la crisis sanitaria producto del Coronavirus, ha sido fuertemente respaldada.

Angela Merkel ha cultivado una imagen de mujer prudente e incluso fría, que adora las papas, la ópera y el senderismo. En sus memorias, el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la describe como una dirigente “fiable, honesta, intelectualmente precisa” y como una “bella persona”. También se ha dicho que le gusta cocinar sopa de papas y hornear tortas de ciruela, platos típicamente alemanes. Ahora que se retira, se podría pensar que tendrá tiempo suficiente para prepararlos. Pero no todavía, pues Merkel se mantendrá en el poder como canciller interina mientras se posiciona su sucesor en medio de una muy estrecha elección, que tiene aún un proceso por definir, pero que acaba de dejar a su partido en una difícil situación para mantenerse en el poder… Al parecer su partida será algo amarga.