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Pandemia, solteros y el amor: 3 historias que vale la pena conocer

Las relaciones de pareja, el amor y el desamor han sido siempre temas fundamentales. En medio de un período de cuarentenas y restricciones buscamos testimonios e historias que nos muestran cómo aman, o encuentran el amor quienes -de una u otra forma -están en su búsqueda.

El COVID-19 nos ha privado durante casi un año y medio de la socialización, de reunirnos y compartir abrazos, besos, risas y tantas experiencias humanas. Una de ellas, y por supuesto de las más importantes, corresponde al romance y las relaciones de pareja. A algunos la pandemia los encontró solteros, a otros emparejados, a tantos otros los llevó a separarse; pero también una parte  de ellos descubrió el amor o una nueva forma de amar. En este artículo buscamos algunas de esas historias.

En abril pasado un artículo del New York Times titulado “MODERN LOVE”

Ni matrimonio ni soledad: deseo una tercera vía”, cuenta la historia de una joven que decidió, durante la cuarentena, terminar la relación amorosa que mantenía durante años y asumir que lo que más le acomodaba para relacionarse románticamente era el poliamor. “Los solteros se perdían en los ojos de extraños en Zoom, anhelando contacto.Y ahí estaba yo, sola e igual de desesperada por tener una conexión, tras romper con mi novio de cinco años, aunque nada entre nosotros se hubiera roto…”. En su testimonio ella explica que no anhela una relación de pareja, y reconoce que en un comienzo le incomodó ser vinculada al concepto del poliamor, por no ser bien visto socialmente. “Como humanos, siempre buscaremos certidumbre con las pocas herramientas que tengamos, y a veces esa herramienta será una etiqueta como ‘novias’. Pero en un año de pérdidas devastadoras, viajes cancelados, hitos demorados y elecciones cargadas, he encontrado un extraño consuelo en saber que no hay ninguna certeza en nuestras vidas. A pesar de eso, o tal vez debido a eso, simplemente estoy aquí para disfrutar esto, lo que sea que esto es, durante el tiempo que dure”, concluye Haili Blassingame.

Buscando también el amor, pero de otra manera el sitio web de BBC News mostró la historia del fotógrafo neoyorquino que se hizo viral luego de más de un mes iniciada la cuarentena. “Tiempos desesperados requieren de medidas desesperadas”, así describe Jeremy Cohen, fotógrafo de 28 años y residente en Brooklyn, la serie de gestos creativos que adoptó para seducir a una vecina a distancia en medio de la pandemia. “Hace unos días, me fijé en una chica en la calle de enfrente que bailaba sobre su azotea. Me sentí muy atraído por su energía. Salí al balcón, le agité la mano y ella me devolvió el saludo”. Su historia de amor se viralizó tras compartir en las redes sociales un video en el que aparecía enviando su número de teléfono en un dron a su vecina Tori Cignarella.Ella desde su  azotea, y él desde su balcón, comparten vía FaceTime cenas que les permiten mantener la distancia social.Cohen, incluso se metió dentro de una burbuja gigante de plástico para poder pasear con Tori respetando las reglas impuestas por las autoridades. “Normalmente no tomo estos riesgos, pero estar ‘encerrado en una caja’ me inspiró, me puso creativo y me hizo conectar con alguien más”, reconoce él, quien agrega que si no hubiese sido por la pandemia, probablemente nunca se hubieran  conocido.

Infobae, sitio web periodístico argentino nos cuenta, entre otras, la historia de Fernando y Carolina, quienes se conocieron en navidad de 2020. Él es de Bahía Blanca y ella de Buenos Aires, y los separa 680 kilómetros de distancia. Se conocieron, como sucede hoy, a través de las redes sociales. “Coincidimos en un grupo de whatsapp para divorciados. Él estaba cerrado al amor después de haber tenido experiencias dolorosas. Con cuatro hijos y varios matrimonios, la puerta del corazón estaba cerrada y tapiada”. cuenta Carolina. Ella venía de una decepción con  un novio que había terminado la relación por whatsapp en ‘plena pandemia’. “Conversábamos de todo por el grupo, hasta que el 24 de diciembre ocurrió un inesperado chat por inbox que comenzó justo a las 0:00 horas del 25: ¡Feliz Navidad! ¡Me gustás mucho! Si no tuviera tan lastimada el alma, te elijo para enamorarme un millón de veces”, le dijo él. Así partió un intercambio de mensajes que duró cinco horas esa madrugada. “Ambos sentimos la conexión esa misma noche, como si hubiéramos dormido juntos”, dice ella. El 1° de enero Carolina tomó un bus hasta donde vivía Fernando. “Él no tenía dudas de que íbamos a gustarnos. Yo tenía la corazonada, pero mi cabecita razonaba: ‘¿Y si no me gusta? ¿Y si yo no le gusto a él?’”. Cuando lo vio en el terminal, todas las dudas desaparecieron. “Así arrancamos, y desde ese momento no nos hemos separado. Ya viajé varias veces a Bahía y él a Buenos Aires, cuando su trabajo se lo permitió. Cuando no estamos juntos chateamos mucho y hacemos videollamadas eternas, en las que no parece pasar el tiempo nunca. Estamos felices y enamorados, y apostamos a que nuestro amor siga creciendo cada día”, finaliza ella.

De alguna forma, esa búsqueda del amor nunca termina. No nos abandona tanto en los buenos, como en los malos momentos. Incluso con una pandemia de por medio.

Foto de Edward Jenner en Pexels