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Otra liberación femenina en pandemia ¡Chao al sostén!

No es la primera vez que oímos hablar de ello y seguro no será la última, pero el encierro nos ha liberado de varias cosas. Entre ellas, prescindir de una pieza  íntima que muchas veces resulta incómoda e innecesaria. ¿Estamos ante el fin de la prenda más controvertida del armario femenino?

Tanto el confinamiento como el teletrabajo han servido a muchas mujeres en todo el mundo para dar el paso y dejar el sostén a un lado. El movimiento #nobrachallenge llena las redes sociales con historias de mujeres que han decidido dejar de usarlo. “Es la libertad. Me he puesto más mascarillas que sujetadores durante la pandemia”, señala una española de 40 años al sitio web nuisdiario.es.

Pero como dijimos este no es un tema reciente. La frase “feministas quemasostenes” se originó después de una protesta realizada en 1968 por el concurso de belleza Miss América, en Estados Unidos. Entonces, un grupo de mujeres tiró varias cosas -incluido un sostén, considerado como un símbolo de la opresión a las mujeres- en un bote de basura, aunque realmente, nunca los quemaron.

Medio siglo después, vemos cómo diversas publicaciones alrededor del mundo reviven un debate sobre el uso del sostén: Vogue Italia se pregunta si realmente es necesario su uso, The Guardian plantea si la cuarentena habrá logrado que muera para siempre, The Herald, el diario escocés, reflexiona sobre si hay que volver a usarlo tras el confinamiento… Incluso se ha vuelto a cuestionar si su uso es o no saludable. Sin embargo, tras años de especulaciones y mitos hasta hoy no se ha relacionado -seria o científicamente-  el prescindir de la prenda con el desarrollo de problemas, tampoco el llevarlo con desarrollar cáncer de mama.

Lo que sí sabemos, tras meses de pandemia, es que muchas mujeres olvidaron que existe el sostén y se mueven sin ellos por las calles libremente, incluso para un número no menor se ha vuelto costumbre. En un Instagram con sus seguidores, la actriz Gillian Anderson fue consultada sobre las clásicas preguntas sobre rutinas de belleza y consejos durante el confinamiento. Pero Anderson no habló de beber dos litros de agua o dormir ocho horas diarias. «Ya no llevo sostén. Lo siento, no importa si me llegan al ombligo, ya no lo llevo. Es muy muy incómodo», contestó.

La ficción está llena de escenas en las que después de intensas jornadas laborales, las mujeres llegan a casa y experimentan un sentimiento de liberación (anatómica, pero también psicológica) al desprenderse de su sostén. Y aunque muchas aman sus sostenes y declaran que no pueden vivir sin ellos, para varias otras usarlo llega a ser un verdadero martirio. Las principales quejas son:el tirante clava, aprieta el aro en todos lados, se sube la tira de la espalda, deja marcas y hasta heridas en la piel…Pero,  también en muchos de los casos esto sucede porque no se utiliza el sostén apropiado. Lamentablemente, los especialistas estiman que siete de cada diez mujeres en el mundo no lleva la talla y/o la copa correctas. Un número más que preocupante.

Otra cosa que sí hemos visto en pandemia es la tendencia dirigida a prendas más cómodas y holgadas. De acuerdo a un artículo del sitio web sobre moda del diario El País, los sostenes cómodos y adaptables de Fenty o Aerie ganan a los de Victoria’s Secret o La perla. Agrega que en un informe reciente de Edited, la consultora española que utiliza el big data para predecir tendencias, se apunta a una ropa interior de «tejidos orgánicos y cómodos, tonos neutros y formas naturales, sin aros, cierres complicados u adornos superfluos». Tendencia en crecimiento también en otros países.

A favor o no, hoy sabemos que no es posible deshacerse de más de un siglo de sujeción del cuerpo femenino. Y aunque así fuera, la decisión de llevarlo o no, debería ser personal, y no sujeta a miles de condicionamientos sociales. Cómo escribió la australiana Germaine Greer en su libro  “La Mujer Eunuco”, en 1970: «Los sostenes son una invención ridícula, pero convertir en norma el ir sin ellos es también someterse a represión. Cada mujer debe decidir qué hace con su cuerpo».

Por si no lo sabías, son tres los casos en los que los expertos si recomiendan el uso del sostén:

+aliviar el dolor de espalda cuando se tiene gigantomastia (crecimiento anómalo y excesivo de los senos, que normalmente requiere cirugía),

+mientras se realiza deporte

+durante la lactancia.

*Y en los dos últimos casos, es más por comodidad que motivo médico.

Foto de Klaus Nielsen en Pexels