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Climaterio y menopausia: Una etapa de transformación femenina

La mujer a lo largo de su vida sufre procesos de profundos cambios, no solo en la esfera biológica, sino también en el ámbito socioemocional. El climaterio y la menopausia son parte de ellos, etapa donde es importante cuidar el bienestar para un buen envejecimiento.  

Cada 18 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Menopausia, punto en el que una mujer tiene su última menstruación. El periodo previo, durante y posterior a este hecho, es conocido como climaterio, en el que se suceden una serie de cambios biopsicosociales, reproductivos, emocionales.  

“La falta de estrógenos en esta etapa determina cambios fisiopatológicos que deterioran la calidad de vida y además favorece el desarrollo de enfermedades crónicas del adulto, donde es importante la promoción de la vida saludable y la prevención de enfermedades”, destaca Sara Parada, matrona y académica de Obstetricia de la Universidad San Sebastián (USS).  

El inicio de la sintomatología referida a este periodo se evidencia a través de las alteraciones del ciclo menstrual, vasomotoras (bochornos, sudoración nocturna), cambios en el estado de ánimo (llanto e irritabilidad), cefalea, entre otras.  

“Habitualmente, el bochorno es el síntoma que predomina sobre los otros, y en ocasiones puede afectar la integridad en el desarrollo de las actividades diarias en la mujer, pues puede llegar a producir vergüenza al ser observada por otras personas. La ausencia de estrógenos en la etapa post menopaúsica se evidencia a través de manifestaciones urogenitales, como la disminución de la lubricación vaginal y el deseo sexual, y la pérdida de masa ósea”, puntualiza Parada.  

Menopausia: hito que marca el fin de la vida reproductiva  

El promedio de edad de la menopausia se estima que se produce a los 50 años. Si consideramos que la esperanza de vida de la mujer chilena, actualmente, es de 82 años, “la calidad de vida posterior es algo de lo que debemos preocuparnos para facilitar un proceso de envejecimiento mirado desde la prevención, la autonomía y el bienestar de la salud en la mujer”.  

Dado este escenario, la matrona especifica el eje de cuidado en esta etapa del ciclo vital:  

  1. Fomentar estilos de vida saludable: a través de la actividad física, la alimentación, y la erradicación del hábito tabáquico.  
  2. Prevención de enfermedades: especialmente las cardiovasculares, pesquisa temprana de enfermedades neoplásicas y osteoporosis.  
  3. Terapia Hormonal: en casos necesarios, o cuando la mujer lo decida informadamente, a realizar restitución hormonal con estrógenos o con efecto estrogénico. 

“Es clave que la mujer tome conciencia que el cuidado de su salud ginecológica debe continuar en esta etapa. Es esencial el control preventivo en forma anual para realizar exámenes como el Pap, la Mamografía, la evaluación de riesgo cardiovascular y la prevención de la pérdida de masa ósea. Este es el camino que le permitirá transitar en buenas condiciones a la etapa de envejecimiento”, finaliza la académica USS. 

Foto de Andrea Piacquadio en Pexels