El coronavirus modificó la industria y la forma en qué vestimos. Este último año y medio han primado la comodidad y la funcionalidad al vestir. Hoy estamos preocupados de estar sanos más que de cómo lucimos, pero ¿qué pasará con el regreso a la normalidad? Ya se vislumbran algunos cambios.
El coronavirus modificó la industria y la forma en qué vestimos. Este último año y medio han primado la comodidad y la funcionalidad al vestir. Hoy estamos preocupados de estar sanos más que de cómo lucimos, pero ¿qué pasará con el regreso a la normalidad? Ya se vislumbran algunos cambios.
Por Valeska Silva.
Con la pandemia nuestros hábitos y prioridades cambiaron y eso sin dudas se vio reflejado en nuestro look y vestimenta, donde primó el confort y la funcionalidad. Con pausa en eventos, oficinas, celebraciones y vida social, ¿quedó demostrado que el vestir es para los demás?
Evidentemente durante este tiempo la gente no hizo grandes inversiones para renovar su clóset porque, en definitiva, quién sabe cuándo lo puede llegar a usar. Lo que sí hemos visto con abundancia es el uso de ropa deportiva, especialmente ancha, oversize y de textura suave. Buzos, polerones, pijamas, pantuflas y sandalias tipo havaianas son las prendas más vendidas y solicitadas en todo el mundo.
De hecho, las sandalias son el éxito de la pandemia en Brasil. Aunque las ventas de ropa se desplomaron un 35% el año pasado, según cálculos de la empresa de investigación de mercados IEMI, la marca de sandalias Havaianas vio crecer sus ventas un 16% en comparación con el 2019.
Por su parte, según un informe de Adecco Argentina la pandemia, y en consecuencia la cuarentena y el confinamiento, se tradujo en que el 18% de los encuestados aseguró que se queda en ropa de dormir o pijama durante todo el día, incluso durante su horario laboral. En el mismo estudio, el 14% de los consultados prefiere vestirse tal como va al trabajo, solo con el propósito de mantener la rutina previa a la pandemia.
“La ropa deportiva es la nueva ropa de calle. Hace unos años nadie podía imaginarse salir de casa con un pantalón de pijama... y ahora cada vez más los pantalones llevan cintura elástica. La moda es homogénea”, afirma Ángel Vilda, fundador de la firma Brain &Beast y jefe de estudios del área de moda de la escuela IDEP Barcelona. Marta Coca, directora de la 080 Barcelona Fashion, cree que cuando acabe el confinamiento “quizás tendremos ganas de arreglarnos más, de maquillarnos, pero la tendencia seguirá siendo el estilo deportivo y cómodo”.
Las personas que vuelven a sus lugares de trabajo pueden estar viendo los primeros cambios. Todo indica que la vestimenta de oficina tal como la conocemos cambiará bastante. Seguramente los códigos al vestir serán más laxos. Los especialistas creen que probablemente el estilo de traje y corbata tipo Wall Street será bastante menor, y el que primará será el de polerones, zapatillas y sudaderas de los chicos de Silicon Valley, con referentes como Mark Zuckerberg, entre otros.
Pero, ¿Y el futuro? ¿Después de esta pandemia cambiarán los hábitos y la manera de entender la moda? “Creo que el coronavirus replanteará un cambio en la moda, en la forma de producir, de consumir y también en las pasarelas”, señala Marta Coca. Y agrega: “Acelerará la irrupción de la sostenibilidad y la tecnología en la moda, y sobre todo el consumo responsable: menos prendas, pero de calidad y diseño”. Pero no todos lo creen tan así. “Aunque ahora parece que estamos muy concienciados, se nos olvidará pronto, y volveremos a nuestros hábitos de consumo de siempre”, afirma Vilda.
Lo que al parecer sí llegó para quedarse es la sostenibilidad y elección de materiales sin alto impacto ambiental. Prendas de buena calidad, larga durabilidad y la aparición de la tecnología en el proceso de producción, donde lo humano y tecnológico se den la mano, especialmente luego de tantas dificultades para industrias como la de la moda. Como afirma Luis Casacuberta, director general de Women's & Kids' de Mango, “la COVID-19 no es una excusa para dejar de lado la sostenibilidad. Es más, la sostenibilidad estará entre las prioridades clave del producto, junto con la calidad y la durabilidad”.