Durante generaciones hemos arrastrado un cúmulo de mitos y creencias entorno a nuestra vida sexual y, también, sobre las hormonas que por una u otra razón debemos o queremos consumir.
Durante generaciones hemos arrastrado un cúmulo de mitos y creencias entorno a nuestra vida sexual y, también, sobre las hormonas que por una u otra razón debemos o queremos consumir.
Por @karenuribarrig
Recuerdo que hace muchos años, cuando se lanzaron los anticonceptivos “de última generación”, se hizo una campaña importante para aclarar que con estas nuevas fórmulas no se tendrían los problemas de aumento de peso y de pérdida de la libido. Pero parece que la creencia estaba muy aferrada, porque ni eso lo cambió.
También se han publicado un sinnúmero de estudios científicos que han demostrado que el deseo no se ve afectado por la píldora, pero sí por factores como la edad y la duración de la relación (sobre todo en parejas de larga data), por ejemplo.
Y quiero exponer uno que me parece bastante serio y que se publicó hace un tiempo en The Journal of Sexual Medicine. Los autores de la investigación, de la Universidad de Kentucky y la Universidad de Indiana en los EE. UU., llevaron a cabo dos estudios para explorar el impacto del uso de diferentes anticonceptivos en el deseo sexual. "Queríamos comprender el vínculo entre el deseo y la elección de anticonceptivos, especialmente en el contexto de las relaciones a largo plazo", dijo el Dr. Mark. “La mayoría de las investigaciones no se enfocan en parejas o personas en relaciones a largo plazo, pero muchos usuarios de anticonceptivos tienen relaciones monógamas a largo plazo, por lo que este es un grupo importante para estudiar”.
Midieron el deseo sexual solitario y diádico, es decir, la libido sola o con una pareja, de más de 900 personas utilizando una herramienta llamada Inventario de Deseo Sexual .
Los hallazgos revelaron diferencias significativas en la forma en que los anticonceptivos afectaban el deseo de las mujeres solas y en sus relaciones: las mujeres que tomaban anticonceptivos no hormonales informaron un mayor deseo por sí mismas y las mujeres que tomaban anticonceptivos orales informaron un mayor deseo con su pareja.
Sin embargo, cuando los investigadores ajustaron los resultados para tener en cuenta la duración y la edad de la relación, las diferencias dejaron de ser significativas, lo que sugiere que es el contexto y no el tipo de anticonceptivo el que tiene el mayor impacto en el deseo.
Los hallazgos son claros: la píldora no mata el deseo. Y si sientes que de alguna forma esa llama se ha ido apagando, es importante observar los factores contextuales de la relación en la que estás, así como también las dinámicas amorosas, el modo de relacionarse, la discrepancia de ritmos sexuales, el cansancio, el aumento del estrés, la edad y la llegada de la peri menopausia, los cambios corporales y el autoestima... en fin. La variación del deseo puede ser un mix de todos estos factores y más.