Una Luna ubicada en la Duodécima casa de tu carta natal, te regala una tremenda intuición que hace sentir no solo lo propio sino también de aquellos que te rodean. Eres una verdadera esponja que absorbe las energías de tu entorno con el don de una tremenda intuición y una receptividad de lo que le sucede al de alado.
Una Luna ubicada en la Duodécima casa de tu carta natal, te regala una tremenda intuición que hace sentir no solo lo propio sino también de aquellos que te rodean. Eres una verdadera esponja que absorbe las energías de tu entorno con el don de una tremenda intuición y una receptividad de lo que le sucede al de alado.
Esta Luna te regala el acceder a una sabiduría necesaria en aquellos momentos difíciles en los cuales puedes hacer uso de tus recursos internos y tu tremenda intuición.
Seguramente les cuesta comunicar y compartir su lado emocional y sentimental con otros, viven un poco disociados de su emocionalidad, puede que les cueste saber lo que sienten, por ello es importante que aprendan a conectar con su niño interno vulnerable, es importante explorar y hacer consciente esta dificultad para trabajar en ello, sin embargo esto no es fácil, puesto que estamos en una casa que dentro de otras cosas, habla de nuestro lado inconsciente profundo, de aquella memoria que no es fácil acceder porque no nos acordamos. Es importante trabajarlo y sacar al mundo nuestras emociones.
Aprende a incorporar un poco de espiritualidad en tu vida, medita, aprende a darte espacios de soledad y momentos contigo, promueve la introspección, mira tus necesidades emocionales y trabaja con ellas para brindar al mundo lo mejor de ti.
Foto de Edgar Colomba en Pexels