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Sexología

La reconciliación tras una infidelidad

¿Se han dado cuenta lo hipócrita de nuestra sociedad, que castiga la llamada infidelidad pero todos saben que ocurre en la mayoría de las parejas?

Por @karenuribarrig

Supongo que en algún momento las parejas se replantearán sus acuerdos y, tal vez, decidan ir renovándolos o cambiándolos cada 3 años. Me parece lo más sensato. Y es que considero que es una locura cargarle a una sola persona el deber de por vida de: ser tu pareja romántica; ser tu compañero; ser amigo; ser quien te desea siempre y a quien tú deseas todo el tiempo; ser tu único objeto de deseo; mantener el misterio pero también la seguridad y estabilidad; tener una vida independiente pero también pasar mucho tiempo a tu lado… En fin, muchas imposiciones que algunas veces son hasta contradictorias.

La infidelidad, para muchos, puede representar la violación al supuesto fundamental de exclusividad en aspectos de intimidad emocional y/o sexual. La mayoría de las personas que tienen relaciones de compromiso tienen la expectativa de que sus necesidades emocionales y sexuales serán satisfechas con exclusividad por su pareja (Boekhout, Hendrick, & Hendrick, 1999, 2003; Weiderman, 1997).

Ahora bien, si hablamos de la “infidelidad femenina” el castigo social es aún peor. Ya en las culturas agrícolas de antaño se les catalogaba a estas como “adulterio” o “vicio” e incluso enfermedad. Recordemos que por años a las mujeres que “deseaban demasiado”, para los ojos de los hombres, se les llamaba “ninfómanas” o que sufrían de “fiebre uterina”. La esposa adúltera podía ser ejecutada o mutilada, mientras que el hombre era infiel con frecuencia y por derecho propio (algo que se mantiene aún en algunas culturas).

Pero más allá de quién decide tener una aventura o relación fuera de la pareja, la pregunta es cómo continuar después de un episodio como este.

El psicoterapeuta Gary Neuman, creó un programa llamado “Creating Your Best Marriage”. En él indica que es posible salvar una relación después de una infidelidad, pero que deben cumplirse algunas pautas para que la reconciliación funcione:

-La persona infiel debe sentir remordimiento y querer cambiar su vida.
-La víctima debe tener la certeza de que su pareja dejará de mentir.
-La víctima tiene que evitar hacer preguntas incisivas sobre lo ocurrido. No necesita tanto detalle.
-Es importante comprender que la infidelidad casi nunca es el principal problema de la pareja, sino tan sólo un síntoma no deseado de otros motivos.
-Tener presentes algunos aspectos esenciales para la mantención de la calidad en la relación como: Comunicación emocional adecuada; capacidad para abordar y resolver conflictos; la posibilidad de evitar la rutina manteniendo encuentros de calidad y recreacionales, el conversar abiertamente y mejorar la vida sexual.

La persona que fue infiel suele tener sentimientos de culpa, tristeza y pensamientos negativos sobre ellos mismos y el cónyuge afectado suele experimentar ira, tristeza, ansiedad, vergüenza, reacciones emocionales fuertes y negativas afectando su comportamiento a tener una desregulación o conducta extraña fuera de lo habitual (Gordon, Baucom y Snyder, 2004). Es por ello que con frecuencia el trabajo terapéutico de pareja se enfocada en el perdón, en despejar dudas, que la persona afectada reconozca sus emociones frente a lo sucedido, que el transgresor reconozca el daño, establecer compromisos, etcétera; con el fin de reconstruir el vínculo.

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